De: mi. Para: mi

 Salí de ahí 

No mereces estar sumergida en ese agujero. Él te metió ahí porque no te amabas, no valorabas, no te respetabas, porque no habías descubierto lo fuerte que eras. 

Salí de ahí 

Duele, quema el pecho. Se retuercen tus manos de tanto odio y dolor. Las palabras no salen con fluidez, la lengua se endurece. Es su culpa, si. Y la tuya también, porque lo dejaste entrar. Poco a poco iba robando tus fuerzas, tu energía y aún así le seguiste dando ese lugar. Subestimaba tu inteligencia y pensaste que sería pasajero. 

Salí de ahí

No tengas más miedo y salí. Él no va a cambiar, no lo esperes. Él está enfermo y de solo tocarlo también te enfermas vos. Es hora de dejarlo, de soltarlo. Es hora de hacer lo que crees imposible: dejarlo en el pasado y continuar tu vida. 

Salí de ahí 

Tu mirada llena de incertidumbre y angustia te quita la respiración de solo mirarte en el espejo. Tus ojos llenos de lagrimas, tu corazón en aprietos. Tus sentimientos a flor de piel. Vulnerable, ya es suficiente. Enserio. 

Se feliz y salí de ahí.