Algunas veces, oidos sordos.

Siempre te dicen: "Hay que escuchar a los demás, de ellos podés aprender". Prefiero equivocarme sola y no escuchar a nadie, a la hora de pensar no van a poder nunca conocer tus sentimientos porque solo tu corazón sabe realmente que querés, si me das un consejo lo voy a escuchar pero no me digas qué hacer para no cometer un error porque prefiero equivocarme yo y no depender de nadie.
Si bien los amigos te pueden aconsejar siempre es mejor pensar por uno mismo porque nadie conoce lo que querés: yo me arriesgo a perder o ganar, ese es el juego más díficil. Algunas veces en la opinión de los demás actua la envidia y quizás ese consejo que vos creías bueno no termina siéndolo.
Si tenés que echarle la culpa a alguien por el error que cometiste, mejor echate la culpa a vos así de paso creces un poco más y aprender de TUS errores para no cometer los mismos de nuevo, la vida es un completo aprendisaje: YO QUIERO EQUIVOCARME, NO ESCUCHARTE Y SEGUIR MI CORAZÓN. No me importan los "te lo dije" quiero hacer lo que siento. No tengo ganas de que alguien me diga qué hacer o qué sentir, para eso estoy yo.

Basta, yo misma me digo basta.

Ya estaba desilucionada pero ahora estoy totalemente desilucionada, ya no bastan las sonrisas, las miradas y el solo verlo, ya pasó todo: estoy arta.
Siempre que quisiste a alguien te pusiste solamente en sus ojos pero una vez que la desilución te dice "hola" es muy díficil volver atrás, ya no podés confiar y no digo confiar en él porque evidentemente no te supo amar, hablo de confiar en vos: ya no puedo confiar en mi pasión, esa pasión que solo piensa con el corazón y nunca con la razón.
Ya el sentimiento puro te lo reservas para otra persona, gastar aire enamorado no es justo para quien lo padece: ¡qué feo decir padece! pero es la verdad porque cuando la segunda parte, en este caso él no ve y no quiere ver lo que vos podés dar para tenerlo a tu lado ya no pasa por vos: sé feliz, permitite ser feliz ya que te lo mereces.
Todos merecemos ser felices, de la forma que querramos pero felices al fin, ya basta de pensar en el cómo hubiera sido porque la realidad es que no fue, quizás pueda llegar a ser pero ya no va a ser por vos, si te quieren te lo van a hacer saber.

Animarse a sufrir.

Es extraño que hoy te diga esto pero aprovechando que estoy en mis ratos de valentía te lo reitero: animate a sufrir. Para las personas que se comprometen 100% en el amor, que son sencibles a toda situación que atente con su corazón hasta tal punto de sentirse la que más entregan todo para verlo feliz es hora de animarse.
La vida no te da los tiempos suficientes para verte reir a todo momento, cuando puede te sacude una ola de vientos frios que solo te dan lágrimas, lágrimas que te enseñan pero te lastiman. Para ver todo lo que podes ganar no hay que escaparse, valiente tenes que ser y cuando hablo de valiente me imagino a esa persona reservada, tímida y miedosa que para tratar de ser feliz se arriesga a todo.
No siempre vas a salir feliz después de ponerle el corazón a una situación, tenes que saber que no toda la gente va a sentir como vos, siempre alguien ama más y otro ama menos, pero aman al fin. Cuando sufras, cuando llores y te quieras arrepentir por ser valiente acordate que ahora sabes de lo que sos capaz de hacer, si fuiste capaz de arriesgarlo todo tenés todo para ser feliz y ser feliz es animarse a vivir: con lo bueno, con lo malo, con las risas, con el llanto.
Para ser feliz hay que animarse a sufrir, nunca te quedes con lo mínimo busca lo máximo: que el "NO" nunca te obligue a dar marcha atrás.

Amor, primer amor.

Siempre que hablamos del primer amor algunos tomamos esta experiencia como la más importante. Entonces ¿se trata de la Relación más importante que vamos a recordar SIEMPRE?. Quizás si, quizás no.

Quizás como a través de los años no llega una persona parecida a él vos te cerrás a un nuevo amor pero siendo sinceros: no va a ver nadie como él, puede que sea igual o que sea mejor pero nadie va a ocupar su lugar porque los reemplazos no existen, solo existen los nuevos lugares que nosotros estamos dispuestos a hacerle a las personas que se nos cruzan en el camino.
Si hablamos de las verdaderas cosas inolvidables nos referimos a aquellas que vivimos el día a día. Son inolvidables porque ya no se van a repetir y la rápidez de los momentos es inalcanzable.
El amor de verdad nos hace cambiar día a día, porque estamos dispuestos a cederlo todo por el otro, por verlo feliz.
El primer amor será inolvidable, por supuesto. Pero llegará otro que te hará sentir lo mismo y mejor, y con el tiempo esa puerta que cerraste por miedo, por tristeza o soledad se termina abriendo, falta que la persona indicada toque tu corazón.